lunes, 1 de diciembre de 2008

Mi infancia

Recuerdo despertame con ese olor a pan que desprendía mi abuela, siempre igual me agarraba de la barriguita y me daba un beso para que me despertara a ayudarla a hacer pan...
Más que ayudarla la entorpecía pero creo que le encantaba verme imitarla y llena de harina desde la cabeza a los pies, haciendo mi propio pan que era sólo para mí.
Metiamos el pan en el horno mientras mi abuelo acababa de traer la leña, la casa olía siempre a pan y a leña, siempre estaba encendida la chimenea.
Siempre tenía un abrazo de mi abuela esperandome, le podía hacer cualquier pregunta, ella me decía que sino la sabía se la inventaba para mí una gran mujer de campo, que sin estudios, para mí, era la persona más inteligente, digo era, porque siendo coherente con su forma de ser y con su forma de actuar, terminó con su vida, no aguanto verse apagar cuando le dijeron que estaba muy enferma.

Siempre recordaré su forma de despertarme, más de un día me he despertado oliendo a pan recien hecho y sintiendo como si me agarrarán la barriguita.

2 comentarios:

Verónica dijo...

Recuerdos, añoranzas de tiempos pasados, que nos vienen a la mente cuando nos tocan determinadas fechas, ¿porque no lo haces el resto del año?.

Besotes de esta peke.

pd: te espero por mi rincon con una buena taza de cafe caliente.

Mendigando sonrisas dijo...

No es el mejor olor del mundo?
En este caso no era mi abuela, pero me acuerdo cuando era muy pequeña, ir a casa de unos vecinos de mis abuelos, que tambien tenían ese horno, fabricado como con barro y no sé cuantas cosas más, y hacer la masa, y luego tomarlo recién hecho, no tiene precio
Un besazo